Intento ser un Tractat erótico, con la mente holgada y las manos libres. La imprenta es de temor austero y la tinta de sexo macerado. Viajan besos de página en verso, de letra a mirada. Ranas tiritan bajo los senos y la mujer al desnudo, vestida de sí, da bienvenida a los intelectuales: "Hoy no habrá sexo".
Se pone jengibre en las copas, se desprende el cielo, volamos a la luna. Las mujeres de azul llaman a las de verde, el cabello no mengua. Los hombres se preparan, hoy no habrá sexo. Al filo de la cobardía tenemos aroma de ojos, esa mirada lacerante, intuitiva y sensorial remata en onanismo visceral. Hoy no habrá sexo de ningún tipo.
La esquina con quilombos prepara la navaja, florece en un falo amorfo titánico, allá se pudre todo. Por suerte la esquina avanza y nosotros nos quedamos. Aquí solo hay mujeres que se visten al viento, con cabello que afloja en la marea y a las que el otoño deshoja en presa fácil del sindicato de Lunas de Júpiter. Las piernas contorneadas se mueven como agua eléctrica, las caderas entre el tango lisérgico liberan la nuca de los presentes, las cabezas se desparraman, los talones propenden en caballitos de poema y, entre tanto verso de pétalo carmesí, una sonrisa impúdica, irresistiblemente violenta. Hoy no habrá sexo, no hará falta.
Se pone jengibre en las copas, se desprende el cielo, volamos a la luna. Las mujeres de azul llaman a las de verde, el cabello no mengua. Los hombres se preparan, hoy no habrá sexo. Al filo de la cobardía tenemos aroma de ojos, esa mirada lacerante, intuitiva y sensorial remata en onanismo visceral. Hoy no habrá sexo de ningún tipo.
La esquina con quilombos prepara la navaja, florece en un falo amorfo titánico, allá se pudre todo. Por suerte la esquina avanza y nosotros nos quedamos. Aquí solo hay mujeres que se visten al viento, con cabello que afloja en la marea y a las que el otoño deshoja en presa fácil del sindicato de Lunas de Júpiter. Las piernas contorneadas se mueven como agua eléctrica, las caderas entre el tango lisérgico liberan la nuca de los presentes, las cabezas se desparraman, los talones propenden en caballitos de poema y, entre tanto verso de pétalo carmesí, una sonrisa impúdica, irresistiblemente violenta. Hoy no habrá sexo, no hará falta.
2 comentarios:
Licona ¡qué ingrato! no volviste a saludarme.
Algunas cositas alegran de tus "Escritos", pero a la guillotina. Feo, apresurado, sin coherencia, aburridor, clítoris en el hartazgo.
¿Te gusta la música? ¿Eres músico? Qué más da tu respuesta, mediocre... mediocre... copy/paste. Eres un violador/fetiche/despulgador/pesticida/melómano frustrado. ¿Prometías mejorar? ¿Dónde?
Te quiero montones... ¿hablaremos?
-mira que te amo mucho, de lo contrario no comentaría-
Hamal, viniste de nuevo ¿Qué hay de tu hedionda vida?
Estudiaré Química... ¿Sabías? ¿dónde andas? Necesito una consulta técnica acerca de la libélula de urano... ¿puedes?
-el cariño es mutuo-
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